La vida nos trae regalos cuando uno menos los espera,
regalos que nos dan una lección de vida y nos enseñan lo maravilloso que es
vivir. Hoy llego Lucho a mi vida por medio de un regalo, un bambú abandonado durante
8 meses en un restaurant que cerró sus puertas ante sus comensales, LUCHO había
permanecido allí solo, el logro sobrevivir con tan solo poca agua sin tener ningún
cuidado y teniendo como compañía el silencio que invadía el lugar.
Decidí nombrarlo LUCHO, gracias a mi mejor
amigo… Que dijo esa planta es luchona;
jamás se venció, siguió viviendo solo
con lo indispensable. Esto nos enseña como a veces nos aferramos a las cosas
materiales, siempre queriendo buscar más de lo que necesitamos para vivir; cuando
solo necesitamos lo esencial.